Cada vez más personas en el mundo hacen uso de las nuevas tecnologías en la red, por lo que nuestra identidad digital tiene cada vez más importancia en nuestra vida. Hoy en día, la mayoría de nosotros tenemos cuenta de correo electrónico y usamos redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, cada una de ellas con su correspondiente contraseña y contenido. Todo ello forma una suerte de “patrimonio digital” cuyo destino no está claro una vez fallezca su titular. ¿Qué va a pasar con ese “rastro” digital cuando me muera? Todas nuestras cuentas de usuario, suscripciones, contraseñas, información y contenido almacenado en la nube, ¿qué sucede con ello?
Así como una persona se pregunta a quién va a dejar en herencia sus bienes, hoy en día puede también preguntarse qué hacer con su “patrimonio digital”. Como siempre, la sociedad avanza más rápidamente que la legislación, por lo que todavía hay un enorme desconocimiento normativo al respecto.
Las propias webs y compañías han empezado a incluir ciertos mecanismos para solucionar este tipo de situaciones. Google por ejemplo dispone de un “Administrador de cuentas inactivas” para que los herederos puedan solicitar el cierre de las cuentas del fallecido, acreditando su parentesco. Facebook por su parte ha incluido una especie de “albacea digital”, que supone la posibilidad de escoger a una persona que, tras el fallecimiento de otra, se haga cargo de su patrimonio digital a modo de recordatorio, pero también permite el borrado total del perfil.
Sin embargo, la solución más fácil, aunque de momento poco conocida, sería la de hacer un testamento notarial con un inventario de nuestro “patrimonio digital”, como direcciones de email, nombres de usuario en redes sociales y contraseñas, y elegir el destino que queremos darle: bien sea eligiendo a una persona autorizada para que acceda a nuestra información y la gestiones o bien para eliminar todo nuestro rastro.
Si ya de por sí es difícil sobrellevar el fallecimiento de alguien cercano así como todo el aspecto burocrático, ¡parece que los nuevos tiempos en lugar de simplificarlo lo complican todavía más!
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Yamil Doval Dios
Sistemius